Croquetarte Tubo nace a partir de la transformación de un antiguo salón de juegos, completamente cerrado al exterior y desconectado del entorno urbano en el que se encontraba. El proyecto se plantea con un objetivo claro: recuperar la esencia original del edificio y abrir el espacio al barrio, generando una conexión real entre el interior del local y las calles del Tubo de Zaragoza.

La intervención parte de un gesto fundamental: descubrir y poner en valor la estructura original de planta baja, revelando los pilares metálicos que permanecían ocultos tras la fachada. Esta decisión no solo recupera la autenticidad del espacio, sino que permite maximizar la entrada de luz natural al interior.

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En el interior, también se dejan vistos los pilares de ladrillo empresillado, aportando textura, calidez y un carácter único al espacio, que conecta el pasado del edificio con su nueva función contemporánea.

Dado que el local cuenta con una superficie interior reducida, el proyecto apuesta por integrar el espacio exterior como parte de la experiencia. Se diseña una fachada abatible de vidrio que permite una apertura total hacia la calle, generando la sensación de que el local forma parte del paisaje urbano. El resultado es un espacio que se extiende hacia el exterior, invitando a disfrutar del ambiente del Tubo mientras se degusta la propuesta gastronómica del establecimiento.

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Esta reforma convierte un espacio cerrado y sin identidad en un local abierto, luminoso y con carácter, completamente integrado en su entorno y adaptado a las dinámicas de la vida en la calle.